miércoles, 5 de agosto de 2009

Marta


Marta era una chica encantadora. Aunque me pesara mucho.

Marta tenía cara de cría y uno de esos peinados de “a lo loco” que tanto admiro pero que yo nunca consigo. Pero un peinado era lo de menos.

Marta tenía lo suficiente para haber aparecido por la oficina de Alex y haberlo enamorado de la noche a la mañana.

Marta no tenía ojeras. Porque no tenía que trabajar casi 10 horas diarias encerrada en una oficina para poner al día una revista de prestigio.

Marta era como él, trabajadora del séptimo arte, y con una sonrisa de ganaba al mundo. Y con unas piernas larguísimas y estilizadas, por cierto.

Marta era el sueño de todo hombre. Lucía, la hermana con la que todos se conformaban.

1 cosas que decir:

Ariana dijo...

sé muy bien lo que pudiste sentir!, tampoco me gustó ver como el chico que aun me gusta se "enamoró" de un bellezón... pero así son las cosas.

Besos!!!