martes, 31 de marzo de 2009

Dame una cita ....



A aquella visita repentina, le siguieron unas cervezas. Después un par de Emails, la recomendación de una película y la promesa de que, quizás -en un futuro, algún día- podríamos verla juntos. Rachas de silencios interrumpidas por algún mensajito de teléfono y una llamada equivocada, que terminó a los 32 minutos.

16 interminables días en los que, en cada uno de sus correspondientes 23040 minutos no dejé de imaginar cómo podía pedirle una cita. O una cerveza, o cualquier pretexto que me permitiera volver a verlo, volver a estar cerca suya.

En eso iba pensando, cuando un sábado por la tarde, me lo encontré al cruzar un semáforo de Gràcia.

- ¿Qué tal sigues? ¿duele eso ya? Venga, súbete, que te invito a una cerveza.

¿Asi de facil era?

sábado, 21 de marzo de 2009

Mira a ver si me matas.


Mira a ver si me matas.

Me pude pasar la noche registrando cada uno de tus movimientos, cada uno de tus gestos, cada uno de tus pestañeos ... Hasta que a uno de estos le precedieron unas milesimas de segundo en las que tan solo me mirabas a mí, y lo apuntillabas todo con un guiño.

Mira a ver si me matas.

Pude agachar la cabeza mientras contenía un suspiro, un volver de ojos, una sonrisa abierta ... Y reflejaba naturalidad, como a quien le dedican ese regalo a diario. Y te pones a mi lado como si todo esto nunca hubiera sucedido, o tal vez esa sonrisa casual que te sale no tenía nada que ver con las bolas del billar.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Los buenos momentos


Se nos olvidan los buenos momentos.

A veces sería necesario sentarnos tranquilamente a recordarlos, aunque tan solo sean unos segundos, a ver si así se nos ablandan los corazones.

Y dejamos que vivir amargados continuamente, coño!

domingo, 15 de marzo de 2009

Desde otras perspectivas


Dicen que la primera impresión es la que cuenta, pero esto no hace más que engañarnos y no dejarnos ver la cantidad de cosas maravillosas que se nos escapan de la primera toma de contacto. Eso es lo que me pasó la primera vez que llegué a mi nuevo barrio.

Me habían hablado muy bien del barrio de Gràcia, que era muy céntrico, muy bien comunicado y que era muy bonito y con aires modernistas. Pero cuando llegué a la calle donde estaba mi nuevo hogar aquello me pareció de todo menos bonito y moderno. Era un barrio mas que normal, como la de la casa donde vivía en Granada, con dos enormes pintadas color rojo en la fachada de enfrente, la de la tienda de mascotas. Las vistas desde mi ventana no podían ser oscuras.

Pero con el tiempo aprendí a ver aquel barrio desde otras perspectivas. Desde mi portal, desde el banco de abajo, desde el murito del bloque de al lado, apoyada en la fuente de granito, desde mi parada del metro… Y desde entonces este barrio me parece el más bonito del mundo.



Y cuando llegué, ni siquiera podía haber imaginado que Alex viviría tan cerca.

martes, 10 de marzo de 2009

Encantados de conocernos


Después del incidente de las medias y la alcantarilla, me acompañó a casa. Por el camino le prometí que tenía en casa alcohol y betadine y que iba a curarme yo misma, pero en aquel momento mis rodillas peladas eran lo que menos me importaban en este mundo.

Encantados de conocernos, quedamos en que ya nos llamaríamos para ver como iba la recuperación, pero obviamos el pequeño detalle de intercambiar números de teléfono. Es lo que pasa, con los nervios. Cuando cerré la puerta tras de mí y me di cuenta del desastre, era demasiado tarde. Habia estado con el hombre que hasta ayer solo era de papel y cristal, se ha interesado en saber de mí, y yo me olvido de darle mi puto teléfono.

Me podría consolar pensando en que por lo menos, nos hemos conocido. Y una mierda

Pasaron varios días en los que ya si me dolían las rodillas, en los que el hematoma empezaba a coger un color violeta intenso que me recordaba lo maravilloso que había sido ese encuentro y como se había acabado
antes de empezar. Así se le quitaban a una las ganas de pregonarlo por ahí. Tonta, tonta, tonta ...


Y el día menos pensado, tocaron al timbre.


¿Que tal esas rodillas?