Novedades y Cambios

¿Hola queridos lectores!

Como habreis podido ir viendo, con la ayuda de mi compañero Jordi (¡¿Quá haría yo sin él?!) este blog ha ido experimentando bonitas y amenas modificaciones. ¿Os gusta el nuevo diseño? Ya me cansé del morado y el rosa. Como veis, tambien hay una serie de pestañitas arriba que iré añadiendo con el tiempo, pero tiempo a este ... Por lo pronto, estoy inmersa en la construcción de una de ellas, la de "Cosas Que Me Gustan" Pinchando sobre ella podreis descubrir ... bueno ¡qué carambanos! ¡dadle!

Adios, Dorian.

Los ocho días que me quedaban de estancia en Mykonos pasaron volando entre besos, caricias, días de playa y noches interminables. En el aeropuerto me prometió que se escaparía a Barcelona cuando cumpliera sus vacaciones, que me buscaría. Conforme mi vuelo llegaba a Barcelona, todas aquellas palabras y promesas se iban desvaneciendo. ¿Cómo iba a volver?

Nada más poner pies en suelo español y encender mi teléfono me llegó un mensaje.

-- >Hola Lucy. Me encontré esta mañana a Minerva en Gracia y me dijo que estabas en Mykonos. Qtal lo estas pasando? Cuando vuelves?1bso, Alex.

Dorian (II)

Cuando se dispersó el grupo de turistas al que Dorian acompañaba, me acerqué a él con la excusa de preguntarle sobre un medio de transporte. Durante unos minutos me atendió de manera muy amable, me dedicó un par de guiños y se ofreció para enseñarme la playa mas bonita de la isla. Agrari. Nuestra playa de la infancia.

- ¿Agrari? Dicen que es una playa muy propicia para volar cometas.
- Así es, y usted debería conocerla, señorita. Cuando yo era niño ...
- Volabas una cometa con el dibujo de una carabela. ¿verdad?
- ¿Y eso como lo sabe?

Se quedó sorprendido cuando le conté que era aquella niña con aparatos dentales que se sentaba al lado de sus padres. La que su madre siempre le decía que jugara conmigo, y él salía corriendo. Nos reimos un rato recordando aquellas anécdotas, y me citó para cenar aquella misma noche en el principal puente de la pequeña Venecia.

Allí, en la oscuridad coloreada por algunas velas y los faros del fondo, mirando al mar en calma, sus ojos verdes lo eran más que de día. Sabía qué hacer y qué decir en cada momento para quedar como un perfecto caballero, y así las cenas se prolongan hasta la madrugada.

Después de un paseo idílico por una solitaria orilla, nos acabamos bañando en el mar, besando y amando en la arena, hasta quien sabe qué hora.

Dorian

La ultima vez que había visto a Dorian fue cuando yo tenía 15 años.

Dorian era el hijo de una familia española, que al igual que la mía veraneaban largas temporadas en Mykonos. El tenía 4 años más que yo, y aquello implicaba que jamás me hubiera hecho caso, ni hubiéramos jugado nunca juntos ni supiera casi que alguna vez llegué a existir en su vida. En cambio yo, típica adolescente, me pasaba las tardes sentada en la playa de Agrari viéndolo volar su cometa o simplemente bañándose con los chicos de la zona. Después, cuando volvíamos a España, yo me pasaba un par de meses con la tontería de querer volver a Mykonos, casarme con el y pasarme la vida mirando esos ojos verdes.

Después de aquel año, los padres de Dorian fijaron su residencia en la isla pero él no volvió más porque había empezado la carrera de Turismo en Madrid, y estaba siempre estudiando. Yo volví unos cuantos años más y después mi vida universitaria no me lo permitió más, así que me olvidé de él.

Diez años mas tarde, Dorian estaba en la pequena Venecia de Mykonos haciendo de guía turístico a turistas españoles, entre los que yo me encontraba. Y seguía conservando aquellos ojos verdes, que acompañaba con una media melena negra oscura y al que había añadido un cuerpo moreno de infarto.

¿Creeis que se acordaría de mi?