sábado, 23 de enero de 2010

El cumpleaños de Alex (Segunda parte)


A las 10 en punto estaba en la puerta de su trabajo. Hacía muchísimo frío fuera y lo esperaba dentro de mi coche. A los pocos minutos ya estaba tocando al cristal. Me dio un abrazo enorme y me regaló una de sus hermosas sonrisas. Aunque desgraciadamente esta iba acompañada de malas noticias: Marta ya estaba en casa, y le había preparado una bonita cena sorpresa. Así que no podía hacer más que llevarlo a casa y desearle feliz cumpleaños una vez más en el portal. No me sentó tan mal, al fin y al cabo empezaba a hacerme a la idea de que aquello era todo a lo que podía aspirar con él. El conformismo, ¿Os acordáis?

Antes de irse, le di mi regalo, acompañado de los típicos “no hacía falta” “porqué te has molestado” y esas cosas que decimos en estos casos. Lo abrió, y el frío pareció desaparecer de la palidez de sus mejillas. Y debió gustarle mucho, porque lo soltó en el suelo, para rodearme con sus brazos por encima de mi abrigo, y besarme en los labios.

viernes, 15 de enero de 2010

Desde cuando te estaré esperando ...

Ya no duele, porque al fin ya te encontré.
Hoy te miro y siento mil cosas a la vez.
Mira si busqué, mira si busqué,
tengo tanto que aprender,
todo lo que tengo es tu mirada.
De mis recuerdos salen brisas a bordar,
las locuras que tú me quieras regalar.
Y mira si busqué, mira si busqué,
tengo tanto para dar.
Reconozco puertas que yo sé
se abren solamente alguna vez.
Así de poco.
Desde cuando te estaré esperando,
desde cuando estoy buscando
tu mirada en el firmamento, estás temblando.
Te he buscado en un millón de auroras
y ninguna me enamora como tú sabes,
y me he dado cuenta ahora.
Puede parecer atrevimiento,
pero es puro sentimiento,
dime por favor tu nombre.
Yo te llevo por las calles a correr,
vamos lejos, más allá de lo que crees.
Y si pregunto bien, si pregunto mal,
tengo tanto que ofrecer.
Abro puertas que alguien me cerró,
y no busco más sentido a mi dolor.
Mira no me vuelvas loco.
Desde cuando te estaré esperando,
desde cuando estoy buscando
tu mirada en el firmamento, va temblando.
Te he buscando en un millón de auroras
y ninguna me enamora como tú sabes,
y me he dado cuenta ahora.
Puede parecer atrevimiento
pero es puro sentimiento.
Dime por favor tu nombre,
no me vuelvas loco.
Desde cuando te estaré esperando,
desde cuando estoy buscando
tu mirada en el firmamento, va temblando.
Te he buscando en un millón de auroras
y ninguna me enamora,
y al final cuando te encuentro, estabas sola.
Desde Cuando - Alejandro Sanz

martes, 12 de enero de 2010

El cumpleaños de Alex


Se acercaba el cumpleaños de Alex, y aunque intentaba pensar en ese acontecimiento como en un hecho normal y corriente, mi mente divagaba y se evadía de cualquier tema mientras yo imaginaba qué regalo podía hacerle. Un regalo que pudiera demostrarle lo importante que seguía siendo para mí, aunque olvidarle era una tarea pendiente que cada noche me proponía empezar al día siguiente.

Me recorrí los centros comerciales durante tardes. Nada serio, tampoco excesivamente caro (eso le correspondía a ella) pero tampoco insignificante. Algo que me recordara a él, que le mostrara que aún lo recordaba, o un guiño a nuestra amistad. Vamos, que me estaba volviendo loca.

Llegó el tan ansiado día, y cuando lo llamé desde la oficina aún no tenía ni idea de cual podría ser el regalo acertado. Él me saludo contento a pesar de que Marta trabajaba toda la tarde y no podrían celebrarlo juntos.

- Podemos vernos esta noche cuando salga de trabajar, si te parece – dijo.

Ya había dicho que sí sin procesar la idea de que aún no tenía ningún regalo que hacerle. Y desde ese momento empecé a ponerme nerviosa por momentos. Para tranquilizarme, y mordiendo el extremo de una estilográfica, recordé nuestra primera cita en aquel pub donde lo había visto por primera vez y donde tomamos nuestra primera cerveza. Recordé su olor, e incluso la ropa que llevaba puesta. Recordé nuestra conversación, y aquellas preguntas entupidas que se hace la gente que se acaba de conocer. Recordé sonar un reloj a las 9 en punto, y recordé con que cara él lo miraba.

- ¿Sabías que es una réplica en miniatura de un reloj que hay en un centro comercial de Dublín? Tengo una foto bajo el auténtico, es alucinante.


A media tarde regresé a aquel pub y conseguí que el propietario me vendiese aquel reloj por un módico precio, no sin negociar duramente antes.