viernes, 30 de abril de 2010

Lo que pasó, pasó.


Domingo por la noche. Me había pasado todo el fin de semana metida en el piso. El no saber de Alex me tenía bastante intranquila, y pensar que me estaba evitando me revolvía el estómago. No me encontraba con ánimos para salir de casa, así que allí estaba en mi salón con la tele puesta y frente a una ensalada de queso que el cuerpo no me pedía.

Sonó el timbre. Mire por la mirilla, era él. Pero solo me bastó ver su cara para saber que no traía buenas noticias. Se sentó en silencio en la silla del comedor, junto a mi ensalada. Fue incómodamente directo.

- Lo que pasó, pasó - dijo.

Después comenzó a soltar un discurso paternalista que traía preparado de casa. Un discurso que hablaba de la amistad, de la diferencia de edad entre los dos, de la libertad que yo podía aprovechar, de su vida “ya resuelta”, de Marta.

- Algún día lo comprenderás, y verás que fue lo mejor – dijo tratando de cerrar su discurso.

Se quedó sentado en la silla, con la espalda encorvada y mirándome a los ojos, esperando una respuesta conformista por mi parte.

- ¿Y no llegaste a esa conclusión la otra noche? – Dije levantándome de un salto de la silla y apretando los labios - ¿Eh?

- ¡Te vas a ir, Lucía! ¡Te vas! – me gritó mientras también se levantaba - Y ¿Qué crees que pasará después? ¿Crees que no he pensado nunca en eso? ¿Qué tu proyecto aquí era de año y medio, y que el tiempo se acaba? He pensado en eso todos y cada uno de los días desde que te recogí del suelo hace un año ¿Y qué haría yo cuando te fueras? – Volvió a sentarse, un poco más sereno- Las cosas hubieran sido muy distintas si tu estancia aquí hubiera sido indefinida. Pero si hubiéramos empezado algo tú y yo, hubiera sido una locura luchar cada día contra esa fecha de caducidad. Yo tengo un trabajo que me asfixia y me ata a Barcelona, y tú vas a volver a Granada donde te esperan en tu trabajo y donde las cosas son más fáciles para ti. Mira, me ha sido muy difícil ser objetivo todo este tiempo y resistirme a que no pasara nada, y conocer a Marta fue mi solución. Pero fallé y no pude evitar que pasara lo que pasó aquella noche. Fracasé en mi intento de poner distancia entre nosotros. Lo que pasó no es lo mejor.

Permanecimos en silencio unos segundos, largos como minutos u horas, interrumpidos solo por el sonido del tic tac del reloj de mi comedor. Aquellas palabras parecían no tener réplica. Por momentos, pensar que había pensado en mí me conformaba.

- ¿Y si me quedara? – le dije.
- Sabes que no puedes.
- Pero … ¿Si pudiera ser?
- Lucía - dijo levantándose de nuevo- No arriesgues todo lo que has conseguido en esta vida, por un payaso como yo.


Cerró la puerta tras de si. Se había acabado todo.

2 cosas que decir:

Ariana dijo...

ostras, menuda frase la última. Pero se acabó acabó?? bueno, sunpongo que ya lo iré viendo en las siguientes actus pero creo que el te quiere o te quería mucho pero se equivocó en lo de que la solución fuese Marta porque cuando quieres a alguien no hay nada más que hacer y aunque sólo hubiese sido durante un año y medio hubiese podido ser un año y medio inolvidable.
Suerte guapa!

Por cierto, tengo otro blog: www.cuandocae-laluna.blogspot.com
Cuento poco a poco la historia de una chica de 22 años que se llama Marina, que vivió en York hasta los 6 años pero que pasó algo en su vida que lo cambió todo y se vino a vivir con sus padres a Barcelona y aquí ya nació su hermano.Y el amor tendrá una parte muy muy importante.

Fany dijo...

Pff mira que decir que Marta era una solución, desde luego si dice eso enamorado no está eso seguro.
Que coraje me da la excusa del tiempo, el amor no entiende de esas cosas.
dejale un tiempo a ver si reacciona que le hace falta. Animo guapa!!:D yo tengo confianza en que todo te saldrá bien!