domingo, 7 de febrero de 2010

El antes y el después.


Hubo un antes y un después de aquel beso, para mí.

Era lo primero que recordaba al levantarme y lo ultimo en que pensaba antes de dormir. Y entre medias tenía ese beso pegado a mis labios y pesándome sobre los hombros las 24 horas del día.


Hubo un antes y un después de aquel beso, para él.

Pero ambos eran iguales. Parecia no haberle significado nada. Solo que cuando me miraba, por una milesima parte de segundo parecía decirme "¿Recuerdas?"


Nunca, nunca, nunca, nunca sería bastante.

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